18 de diciembre de 2008

Los Sentidos y el Sentimiento


“Sale y desaparece despacio por la colina. La cima, los árboles, el techo de la casa se recortan contra el cielo. La vaca me empuja con el morro y muge.

- Tendrás que esperar. Lo que tienes ahí dentro no es nada comparado con lo que yo tengo aquí dentro, por mucho que también seas mujer.

Me sigue, mugiendo. Entonces el aire muerto, caliente y claro vuelve a soplarme en la cara. Él podría arreglarlo todo, si quisiera. Y ni siquiera lo sabe. Podría hacerlo todo por mí, si lo supiera. La vaca me echa el aliento en las caderas y en la espalda, un aliento cálido, dulce, jadeante, lastimero. El cielo está plano en la ladera, sobre los secretos brotes de pino. Más allá de la colina, los relámpagos rasgan el horizonte y se esfuman. El aire muerto da forma a la tierra muerta en la muerta oscuridad, da forma a la tierra muerta hasta más allá de donde alcanza la vista. Se posa sobre mí, muerto y caliente, y me toca la carne desnuda a través de la ropa. Le dije que no sabía lo que era preocuparse. Tampoco yo lo sé. No sé si estoy preocupada o no. Si puedo estarlo o no. No sé si puedo llorar o no. No sé si lo he intentado o no. Siento como si fuera una semilla húmeda y salvaje en la tierra caliente y ciega.”

William Faulkner, Mientras Agonizo (1930)

3 comentarios:

Nacho del Val dijo...

Joder cómo escribe Faulkner, es flipante; y escribió el libro en 6 semanas, de madrugada, mientras trabajaba de vigilante nocturno y bombero en la Universidad de Mississippi...qué grande, qué genio, cómo lo parte, le adoro.

cronopio dijo...

¡Librazo! Me lo leí este verano, y la verdad es que las descripciones son flipantes... tiene un estilo muy especial, el hombre este. Una historia tan sencilla... y te hacía plantearte muchas cosas.

Nacho del Val dijo...

Un dia de estos vamos a hacer un pequeño apunte sobre la Generación Perdida; la estética del modernismo anglosajón es a mi parecer uno de los grandes logros de la literatura del s. XX,y qué coño, de todos los tiempos!!!!!

Déjame que te grape, bribón!